Kilos de más, mayor riesgo

28 de Mayo de 2013
 
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Kilos de más, mayor riesgo

 

LA PROBABILIDAD EN LOS CONDUCTORES CON OBESIDAD DE MORIR EN ACCIDENTE AUMENTA UN 21%.

A mayor masa, mayor fuerza de impacto. Esa es la razón por la que una persona con obesidad tiene más riesgo de morir en un siniestro. Igualmente, las enfermedades respiratorias o cardiovasculares, asociadas al exceso de grasa, complican su recuperación hospitalaria. Además, conducen incómodos, o muy pegados al volante o con el asiento muy inclinado, de forma que el airbag y el cinturón resultan menos eficaces.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza el IMC o índice de masa corporal (relación existente entre el peso y la talla) para identificar el nivel de grasa en un adulto. Y define sobrepeso y obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Si el IMC es igual o mayor a 25, hablamos de sobrepeso y si es igual o superior a 30, nos referimos a obesidad. Teniendo en cuenta estos criterios y según una encuesta de 2011 de la oficina europea de estadística Eurostat, mientras en EE. UU. la población obesa se sitúa entre 27- 28%, la Unión Europea le sigue de cerca, alcanzando niveles entre el 24-25%.

España se sitúa en torno al 14% para mujeres y del 17% para varones. Es a partir de los 65 años de edad cuando la población femenina obesa llega al 27%, y la masculina al 24%, situándose en cotas preocupantes. Han sido los norteamericanos, precisamente, los primeros en determinar la vulnerabilidad de las personas obesas en caso de accidente. El estudio más reciente es el que ha realizado el departamento de salud medioambiental y seguridad vial de la Universidad de Berkely, California (EE. UU.). Los resultados de esta investigación revelan que los conductores que tienen un IMC por debajo de lo normal, es decir, los muy delgados, aumentan el riesgo de mortalidad un 19%. Sin embargo, a medida que aumenta la masa corporal, esa probabilidad se incrementa aún más: un 21% si hablamos de obesidad en grado I (IMC entre 30-35), un 51% en caso de obesidad tipo II (35-40 de IMC) y un 80% más si es mórbida (IMC de más de 40). ¿Por qué? La razón principal es, según José Solaz, director de automoción del Instituto de Biomecánica (IBV), que “a mayor masa en movimiento, mayor energía cinética que debe disiparse y, por tanto, mayor fuerza de impacto”. Los coches, además, no están preparados para conductores de gran tamaño. Juan Luis de Miguel, subdirector del área de reconstrucción de accidentes y seguridad vial del Centro Zaragoza, explica que los vehículos fabricados en España están diseñados para un percentil 50; el que se corresponde con un adulto varón de 175 cm de altura y 75 kg de peso.

Por tanto, es muy probable que, para empezar, el conductor obeso no se encuentre cómodo dentro del habitáculo. El doctor Dietrich Jehle, profesor de Medicina de Emergencia en la Universidad de Buffalo, Nueva York (EE. UU.), y autor de una investigación realizada en 2010 sobre el riesgo de los conductores con sobrepeso, recomienda a las personas con estas características “comprar vehículos más grandes y aumentar la distancia entre el asiento y el volante”. Además añade que “la obesidad coexiste con enfermedades como la diabetes, la hipertensión, enfermedades pulmonares, etc. que complican la supervivencia en caso de accidente”. Mª Jesús Gómez, responsable del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, considera que son precisamente estos transtornos los que “pueden poner en riesgo la conducción”, pero insiste en que “las personas obesas, siempre que estén sanas, no tienen ningún problema para conducir, solo incomodidad”. Jorge Núñez-Córdoba, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, confirma esta relación entre los kilos de más y ciertas enfermedades. Advierte que “la obesidad se asocia a otras muchas condiciones que suponen un importante deterioro de la salud como son enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, la diabetes o el cáncer”. En concreto alerta sobre el síndrome de apnea del sueño, “un factor de riesgo comprobado en accidentes de tráfico”. El comportamiento durante la conducción se encuentra alterado en personas que sufren esta afección, estando seis veces más expuestos a sufrir accidentes de tráfico. Mª Jesús Gómez añade que la obesidad esconde muchas veces trastornos como la bulimia, la depresión o la ansiedad para los que se prescriben medicamentos “absolutamente incompatibles con la conducción”. Relacionado con esto último, la doctora Rocío Ortiz, experta en Medicina Preventiva y profesora en la Universidad de Alicante, considera que “muchas personas con sobrepeso tienen adicción a comer a todas horas, también Antes de comprar un coche asegúrese de que se adapta convenientemente a su tamaño. mientras conducen, lo que es un grave riesgo de distracción”.

Publicado en dgt.