LOS CARRILES EN SENTIDO CONTRARIO, UNA MEDIDA CONTRA LOS ATASCOS VERANIEGOS
Con los grandes desplazamientos veraniegos ‘aparecen’ en
las carreteras carriles especiales, como los habilitados en
sentido contrario al habitual, para dar fluidez al tráfico:
conocer sus normas y adoptar precauciones extra es la
clave para circular por ellos con total seguridad.
En verano, las carreteras se transforman. Durante los días de operaciones salida y vuelta, puentes y fines de semana, las grandes concentraciones de vehículos hacen necesarias medidas para ‘exprimir’ la capacidad de las vías al máximo y evitar –o atenuar al menos– los típicos atascos estivales de las zonas de costa y los accesos a grandes ciudades. En situaciones así, para dar fluidez al tráfico, una de las soluciones más frecuentes es la apertura de ciertos carriles ‘especiales’ en momentos y lugares puntuales. Y son especiales porque los regulan normas específicas –velocidad, prioridad a ciertos vehículos, señalización...–, pero sobre todo porque para el conductor suponen una forma de circular atípica que puede resultarle extraña.
Los carriles especiales más frecuentes son los que se habilitan en sentido contrario al habitual, una medida de ordenación que se viene utilizando en autovías y autopistas desde los años 80 para aumentar su capacidad. “En cada gran operación de tráfico pueden llegar a instalarse hasta 700 kilómetros de estos carriles, aumentan la capacidad en 1.500 vehículos más cada hora”, explica José Luis Chica, directar del Centro de Gestión de Tráfico de la DGT. El procedimiento es sencillo: en una vía con mucho tráfico en un sentido, se toma un carril de la otra calzada menos saturada para ‘cederlo’ a la otra, más congestionada. De esta forma, una autovía de dos carriles por sentido pasa a tener, durante unas horas, tres en la parte atascada y uno en la menos necesitada. Naturalmente, esta configuración de la vía tiene un inconveniente: los vehículos que circulan en sentidos contrarios deben ‘convivir’ en una calzada, separados –durante kilómetros– únicamente por una delgada línea imaginaria de conos.
Por ello, para poder usarlos con seguridad, existen varias ‘condiciones’ que el conductor debe tener en mente a la hora de elegir: carril en sentido contrario, ¿sí o no? La primera, que el acceso está restringido a los vehículos a motocicletas y turismos y está prohibido para el resto, incluidos turismos que arrastren un remolque. Dentro de estos carriles –y en los contiguos– se debe encender siempre la luz de corto alcance, día y noche. Además, si hay un solo carril habilitado –lo más habitual–, la velocidad deberá mantenerse entre los 60 y 80 km/h. Naturalmente, ningún vehículo podrá romper la línea de conos e invadir el contrario, ni siquiera para adelantar: el desastre de una colisión frontal sin escapatoria sería cuestión de segundos. Y dado el ‘encajonamiento’ propio de esta situación, se hace más necesario que nunca llevar a rajatabla una de las normas básicas de la conducción: mantener siempre la distancia de seguridad con el vehículo que va delante.
Publicado en dgt.