Un ciclista rueda por una carretera secundaria, reglamentariamente orillado a la derecha, sobre la calzada pues no hay arcenes en la vía. Por detrás, un coche se acerca. La diferencia de velocidad hace a su conductor tocar el freno y situarse detrás, a distancia. “Es la primera medida a adoptar cuando encontramos a un ciclista: adecuar la velocidad, ya que siempre seremos más rápidos que él”, explica José María O’Mullony, jefe de sección de Formación Vial de la DGT.
Mala visibilidad.
En carretera, la mayor velocidad de circulación, la anchura y el estado del firme, sin olvidar la climatología, pueden complicar un simple adelantamiento a un ciclista: las características propias de la vía marcan la siniestralidad. El año pasado hubo 1.565 accidentes con víctimas con bicicletas implicadas en vías interurbanas, el 27% del total. Sin embargo en ellos fallecieron 45 ciclistas, el 65% de todos los ciclistas muertos en 2013. Los tramos estrechos, con visibilidad limitada por la vegetación, por edificios cercanos a la vía o por una curva cerrada son lugares donde intentar un adelantamiento puede comprometer la seguridad de todos los implicados, además del riesgo de una colisión frontal (ver infografía).
Bici de frente.
¿Y si quiere pasar a un ciclista y de frente se aproxima otro? Pues, si no es posible mantener la separación lateral mínima -1,5 metros-, no adelante. El Reglamento General de Circulación (RGC) así lo establece (articulo 85): “queda prohibido adelantar poniendo en peligro o entorpeciendo a ciclistas que circulen en sentido contrario”. Y no solo cuando estos ocupan la calzada, sino también el arcén, como subraya la nueva Ley de Seguridad Vial. Y de hecho, los propios ciclistas denuncian la separación lateral insuficiente como la infracción más peligrosa para ellos en carretera. “El mayor riesgo que sufrimos los ciclistas en un adelantamiento es sin duda cuando no se respeta la distancia mínima de seguridad de un metro y medio, máxime si no se reduce la velocidad, produciéndose el ‘efecto sumidero’, que puede hacer perder el control de la bicicleta, especialmente con vehículos pesados”, afirma Alfonso Treviño, secretario general de la Asociación de Ciclistas Profesionales.
Y lo cierto es que aún muchos conductores de vehículos de motor desconocen que la norma lo ‘pone fácil’ con tal de evitar riesgos. Póngase a prueba: en una carretera con marca vial continua y las condiciones adecuadas, ¿es correcto ‘pisar’ la línea e invadir el carril contrario para adelantar a un ciclista? Sí, la maniobra es del todo legal y así lo recoge el RGC para facilitar la separación lateral mínima de un metro y medio, aproximadamente la anchura de un turismo pequeño.
Publicado en dgt